Aprendizaje

Las Motivaciones

La motivación, puede ser de dos tipos, la intrínseca y la extrínseca, y una mezcla de ambas en diferentes porcentajes. Su uso dependerá, normalmente, de las necesidades que tengamos y objetivos que queramos alcanzar.

La motivación extrínseca se da cuando realizamos algo para poder recibir una recompensa o evitar que algo ocurra (miedo). Por lo tanto es transaccional. Por ejemplo, si apruebo con buenas notas me premiarán con el viaje de fin de curso. Este tipo de motivaciones, en general, suelen funcionan mejor con individuos con menor conciencia o aquellos que se han desarrollado en un mundo de normas, o sin libertad de pensamiento, o personas cuya estrategia de supervivencia se ha basado en la complacencia o que acumulan traumas que les impiden desarrollarse y florecer.

La motivación intrínseca es aquella que no necesita ser recompensada por que el hecho de realizarla nos produce cierta satisfacción con respecto a nuestro trabajo. Por lo tanto aquello que hacemos se completa por sí solo, igual que el amor incondicional, y no necesita una contrapartida. Por ejemplo, estudio para hacer un buen examen y por ello me siento bien conmigo mismo por el esfuerzo realizado. Además, lo hago con conciencia y responsablemente. Este tipo de motivaciones suelen funcionar mejor con individuos situados en la parte superior de la pirámide de la conciencia.

Por lo tanto, el hecho de implementar estrictas normas para «mejorar» y controlar lo que hacen, de acuerdo a nuestros gustos o necesidades, y no desarrollar conciencia en los niños, podrían provocar que perdieran la capacidad de desarrollarse de acuerdo a la motivación intrínseca.

Habitualmente no evolucionamos mucho porque tenemos la parte animal sufriendo de homeostasis, es decir, que no quiere hacer nada. Quiere quedarse como está. Sin embargo, cuando las personas tienen ilusión y motivación interna por su trabajo y su vida en general, combatir la homeostasis es mucho más fácil. Simplemente se difumina de sus vidas porque la viven plenamente, con sentido y responsabilidad, es decir, poniendo alma, vida y corazón en lo que hacen. Esto también es parte de un proceso de disciplina y sobre todo, entrenamiento personal que facilitar luchar contra la homeostasis.

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